viernes, 4 de septiembre de 2020

Desvaríos de un demente (Michel de la Mer)

El mar fluye y el árbol crece, sin contradecirme ni asentir.

Sin desdeñar la belleza prefiero el atractivo, el buen gusto, el trato agradable y el humor. Esa gracia que permanece en el tiempo.

Él y ella, ella y él, aún tenían tiempo de cogerse de la mano y del brazo para ayudarse a llegar acompañados a la otra acera de la muerte.

Me gustan más las palabras ingrávidas, vaporosas, que me sugieren, que me inspiran, que me despiertan sentimientos, que me hacen volar; no así los mensajes contantes y sonantes, cerrados, que se quedan ahí, como palabras muertas. Me ahogan.

Soy como la mayoría de la gente: No sé cómo se hacen las cosas. Pero... juzgarlas... ¡de maravilla! No hay nada más peligroso que un ignorante motivado.

Tenemos el espíritu distorsionado, enfermo, del exceso de información inútil. Odio el dataísmo (la adoración de los datos) y el análisis, la nueva religión del big data y la inteligencia artificial. Prefiero a un vidente africano antes que a un analista de datos para predecir el futuro.

En el viaje de la vida prefiero un caminar sintético en lugar de analítico: me doy por satisfecho con las ideas que fluyen por mi mente sin necesidad de diseccionarlas.


Amar se expresa en el respeto, desde lo más cerca posible, a la persona completa, con sus virtudes y sus vicios, sus grandezas y sus miserias, sin excluir nada.

sábado, 23 de mayo de 2020

Selección de "Obviedades", de Michel de la Mer

Si la vida te da limones, haz una limonada.

Si el hombre tiene cerebro, puede pensar. Luego, la incultura no existe.

Quien mucho habla mucho yerra. Por eso, en el mundo reina el silencio. 

El hombre es un ser social, dijo Aristóteles ensimismado con su móvil.

El hombre y la mujer son libres; aun cuando estén casados.

Si los padres cuidan de los hijos, éstos cuidarán de los padres.

Cada palabra que los hombres emplean para hablar de caridad y/o solidaridad va ligada a hechos caritativos y/o solidarios. Por eso, no hay pobres en el mundo.

Me gusta que los comerciales exhiban su sonrisa; siempre van a favor del cliente.

La política es un circo. Su número principal son los trapecistas. El resto vive con las bestias.

Toda religión exhorta a la paz y al amor. Por eso, nunca hubo guerras de religión.


Un texto de acompañamiento:
«... La pequeñez humana es indescriptible. Es indiferente que el hombre piense o no piense; que crea o no crea.»

             Cuaderno gris, Josep Pla, página 229. 

jueves, 9 de abril de 2020

Desvaríos de un demente


Qué Dios bendiga a los creyentes y la Naturaleza honre a los agnósticos. ¡Qué Dios y la Naturaleza no se contradigan!

Dijo un amigo a otro: "Aquel hombre es un ser extraño". Le contestó su compañero de paseo: "Sí, seguro, como todos". El primero dijo: "Pues sí".

Duermevela: Para algunos hombres la pereza es dulce y suave; la somnolencia producida por la modorra es su ideal. ¡Qué agradable unos gramitos de elegida estupidez!

En la vida tenemos dos opciones: la angustia y el humor. Con el humor se sobrelleva la angustia. En todo caso, es mejor que la histeria colectiva. La risa alivia la pesadumbre de vivir.

Cuando nacemos el espíritu de los hombres está vacío de contenido, limpio y sereno como el azul. Tabula rasa. Es la inacción en medio de un ajetreo de acciones. Alejarse del ruido y del escándalo, incluso informativo, es una señal de inteligencia que vuelve al origen.

Antes de la oralidad estaba el silencio. Ahora, el silencio vence a la palabra.  Las palabras engañan, sobretodo la palabra hablada. O ha sido al revés: las palabras han sepultado inexorablemente al silencio.

Los intereses se disfrazan de ideas; como el cuerpo solo aparentemente se guía por el alma.

El día que tire la toalla. ¡Ay... el día que tire la toalla...! Se acabó todo, qué triste. Resurjo de las cenizas pero algún día me achicharraré sin retorno.

Es inmoral todo lo que impide la voluntad de vivir de una manera natural, según el criterio íntimo.

Si nadie nos avisó el día que nacimos, ¿por qué nos avisa la muerte con sus signos: el deterioro y las enfermedades? ¿Quién diseñó este tránsito?

El laicismo sigue amarrado a la tradición cristiana. La culpa y el miedo sobrevive en el  libre pensamiento después de la Ilustración.


Unas palabras que no son mías para terminar:


¡Intereses del mundo, no valéis lo que un suspiro!


Benito Pérez Galdós, Trece cuentos, La princesa y el granuja, Editorial Edaf, Pos. 2104