“La cosa difusa del pensar… suele ser la
distracción del solitario”. (pág. 13)
“… aquellas tormentas del
carácter le sobrepasaban la voluntad”. (pág. 20)
“… es posible que los terrores artificiales
resulten más intensamente reales que los terrores reales.” (pág. 84)
“… no existe la chaladura perfecta: por algún
sitio mete siempre un tentáculo la Razón.” (pág. 104)
“… una cosa es la realidad
que uno sueña y otra cosa muy distinta lo que sueña, a su aire, la realidad.”
(pág. 128)
“… en el amor circulan
muchos billetes falsos,…” (pág. 128)
“… a nadie le gusta ser el pato que nada junto
al cisne.” (pág. 132)
“… el dinero no suele andar por su pie hacia
las personas a las que no conoce de antemano.” (pág. 151)
“La fantasía, en fin, como usted sabe mejor
que yo, es la facultad del alma que sale más barata, a pesar de ser la que
vuela más alto.” (pág. 180)
“… todo listillo, en cuanto divisa un
pedestal, se encarama a él,…” (pág. 214)
“… Cualquier vida es la historia mal contada
de alguien que da tumbos en un laberinto trazado por un demente, sin saber que
el demente es él.” (pág. 225)
“… nadie se libra así como así de sus locuras
estables.” (pág. 273)
“… contradictoriamente expansivo y
taciturno,…” (pág. 288)
“… quien nos cuenta un
secreto solo acierta a contarnos la parte menos secreta del secreto en
cuestión, ya que un secreto que merezca ese nombre no puede ni siquiera
formularse.” (pág. 288)
“… lo suyo era menos beatitud que beatería,
más idolatría que espiritualidad,…” (pág. 343)
“… comprendí que la felicidad es algo muy
simple: basta con inventarla.” (pág. 369)
“… para liarse la manta a
la cabeza es más importante tener una manta que tener cabeza.” (pág. 372)
“No tenemos creencias. Las
creencias nos tienen.” (pág. 381)
“… qué poca importancia tiene lo que hacemos
al dictado simplón del cuerpo, ese pobre diablo al que intentamos aplicar un
control moral y metafísico, cuando lo suyo es mear y follar,…” (pág. 417)
“Y es que en cuestiones de
amor todos estamos al nivel de los grandes poetas del romanticismo inglés, pero
en cuestiones de sexualidad todos estamos al nivel de los mandriles, incluidos
los grandes poetas del romanticismo inglés.” (pág. 417)
“… en esto del vivir es sin duda más listo
quien acierta a llenarse el pensamiento de grandes ideas y a distraerlo con
grandes especulaciones, pero suele ser más feliz quien aprende a moverse en el
vacío,…” (pág. 445)