jueves, 29 de marzo de 2018

Aforismos de “El silencio en el gallinero”


 “Puedo ver, puedo oír, puedo saborear, puedo tocar,... acariciar ¡Qué más puedo pedir!

“Vive en soledad justo hasta antes de llegar al vacío; entonces corre en busca de compañía”.

“El yoísta tecnológico habla sin parar consigo mismo”.

“El que siembra desafecto recoge soledad”.

“Las lágrimas más dolorosas son las que no brotan de los ojos”.
                                     
                                                   ***
“La ilusión revolotea por encima de la realidad”.

“Quiso ser tan original que nunca creó nada”.

“Más vale ser un imbécil consecuente que un idiota con aura de sabio”.

“De la mayoría surge la mediocridad; del individuo la excelencia”.

“El rumor y la maledicencia son inversamente proporcionales al tamaño de la población”.




miércoles, 28 de marzo de 2018

Citas de “El azar y viceversa” de Felipe Benítez Reyes


 “La cosa difusa del pensar… suele ser la distracción del solitario”.  (pág. 13)

“… aquellas tormentas del carácter le sobrepasaban la voluntad”. (pág. 20)

 “… es posible que los terrores artificiales resulten más intensamente reales que los terrores reales.” (pág. 84)

 “… no existe la chaladura perfecta: por algún sitio mete siempre un tentáculo la Razón.” (pág. 104)

“… una cosa es la realidad que uno sueña y otra cosa muy distinta lo que sueña, a su aire, la realidad.” (pág. 128)

“… en el amor circulan muchos billetes falsos,…” (pág. 128)

 “… a nadie le gusta ser el pato que nada junto al cisne.” (pág. 132)

 “… el dinero no suele andar por su pie hacia las personas a las que no conoce de antemano.” (pág. 151)

 “La fantasía, en fin, como usted sabe mejor que yo, es la facultad del alma que sale más barata, a pesar de ser la que vuela más alto.” (pág. 180)

 “… todo listillo, en cuanto divisa un pedestal, se encarama a él,…” (pág. 214)

 “… Cualquier vida es la historia mal contada de alguien que da tumbos en un laberinto trazado por un demente, sin saber que el demente es él.” (pág. 225)

 “… nadie se libra así como así de sus locuras estables.” (pág. 273)

 “… contradictoriamente expansivo y taciturno,…” (pág. 288)

“… quien nos cuenta un secreto solo acierta a contarnos la parte menos secreta del secreto en cuestión, ya que un secreto que merezca ese nombre no puede ni siquiera formularse.” (pág. 288)

 “… lo suyo era menos beatitud que beatería, más idolatría que espiritualidad,…” (pág. 343)

 “… comprendí que la felicidad es algo muy simple: basta con inventarla.” (pág. 369)

“… para liarse la manta a la cabeza es más importante tener una manta que tener cabeza.” (pág. 372)

“No tenemos creencias. Las creencias nos tienen.” (pág. 381)

 “… qué poca importancia tiene lo que hacemos al dictado simplón del cuerpo, ese pobre diablo al que intentamos aplicar un control moral y metafísico, cuando lo suyo es mear y follar,…” (pág. 417)

“Y es que en cuestiones de amor todos estamos al nivel de los grandes poetas del romanticismo inglés, pero en cuestiones de sexualidad todos estamos al nivel de los mandriles, incluidos los grandes poetas del romanticismo inglés.” (pág. 417)

 “… en esto del vivir es sin duda más listo quien acierta a llenarse el pensamiento de grandes ideas y a distraerlo con grandes especulaciones, pero suele ser más feliz quien aprende a moverse en el vacío,…” (pág. 445)






lunes, 26 de marzo de 2018

Reseña: El azar y viceversa, de Felipe Benítez Reyes Ediciones Destino, 2016



   Me recomendó esta novela un amigo, escritor de prensa. Había yo leído Mercado de espejismos y no acabé satisfecho. Mi amigo insistió en que leyera ésta y acertó. Es una novela desenfadada, fresca, divertida e ingeniosa, impregnada de un amplio sentido del humor.
   La trama cuenta la historia del pícaro moderno Antonio Jesús Escribano Rangel, una vida llena de peripecias de supervivencia, donde el azar y la truculencia hacen acto de presencia: trabajos precarios, prostitución, drogas, pequeños robos, trueques; todo para asegurar el alimento y un poco de jolgorio y fiesta, acompañado de diversos personajes de distinto pelaje propios de la época: principios de los setenta.
   La acción se desarrolla en Rota, Cádiz, El Bosque y Sevilla; mencionando calles, bares y lugares de todos los paisanos conocidos.
    El tono de la novela se manifiesta en un concepto que Benítez Reyes utiliza en varias ocasiones a lo largo de la novela: Chilindrina, a saber, cosa de poca importancia; anécdota ligera, equívoco picante, chiste para amenizar la conversación; chafaldita (pulla ligera e inofensiva).
    Los amores que aparecen a través del argumento lo son de intereses mutuos, de utilización consensuada, de desilusión compartida. El papel de la mujer queda en segundo término; no hay una protagonista estable que acompañe a Antonio. Solo al final de la novela.
   Aunque diversos comentaristas hablan de obra autobiográfica, y sin duda algunos elementos habrá, no me puedo creer que Felipe Benítez Reyes haya vivido en sus carnes todas y cada una de las pequeñas anécdotas que va contando. Se trata, pues, a mi modo de ver, de una mezcla de vivencias y ocurrencias ingeniosas, enriquecida con un rico vocabulario. Como lo son todas las obras literarias de calidad.
    Recuerda que la vida no es orden y regularidad. No existe la Providencia ni ninguna Filosofía Lógica que hilvane el desarrollo histórico de la realidad. Solo caos y aleatoriedad, como exponen algunas nuevas corrientes de la ciencias sociales. En este contexto, el personaje se va acercando a otras personas, que generalmente conoce a través de bares, para sacar lo que puede a cambio de humillaciones, a las que se va sobreponiendo.
   No obstante, entre tanta chilindrina amena y simpática, va dejando caer Felipe Benítez Reyes toda una fenomenología de la vida en expresiones que se mezclan con las vivencias del protagonista. Enriquecen y dan sentido a lo que podría parecer una historia vana e intrascendente; todo ello sin perder ni un ápice de sentido del humor.
    Por ello, en el siguiente escrito, he recogido una selección exhaustiva, para no aburrir, de algunas citas del libro de Benítez Reyes. Espero que ustedes sepan apreciar la agudeza y sencillez de esas expresiones.