lunes, 26 de marzo de 2018

Reseña: El azar y viceversa, de Felipe Benítez Reyes Ediciones Destino, 2016



   Me recomendó esta novela un amigo, escritor de prensa. Había yo leído Mercado de espejismos y no acabé satisfecho. Mi amigo insistió en que leyera ésta y acertó. Es una novela desenfadada, fresca, divertida e ingeniosa, impregnada de un amplio sentido del humor.
   La trama cuenta la historia del pícaro moderno Antonio Jesús Escribano Rangel, una vida llena de peripecias de supervivencia, donde el azar y la truculencia hacen acto de presencia: trabajos precarios, prostitución, drogas, pequeños robos, trueques; todo para asegurar el alimento y un poco de jolgorio y fiesta, acompañado de diversos personajes de distinto pelaje propios de la época: principios de los setenta.
   La acción se desarrolla en Rota, Cádiz, El Bosque y Sevilla; mencionando calles, bares y lugares de todos los paisanos conocidos.
    El tono de la novela se manifiesta en un concepto que Benítez Reyes utiliza en varias ocasiones a lo largo de la novela: Chilindrina, a saber, cosa de poca importancia; anécdota ligera, equívoco picante, chiste para amenizar la conversación; chafaldita (pulla ligera e inofensiva).
    Los amores que aparecen a través del argumento lo son de intereses mutuos, de utilización consensuada, de desilusión compartida. El papel de la mujer queda en segundo término; no hay una protagonista estable que acompañe a Antonio. Solo al final de la novela.
   Aunque diversos comentaristas hablan de obra autobiográfica, y sin duda algunos elementos habrá, no me puedo creer que Felipe Benítez Reyes haya vivido en sus carnes todas y cada una de las pequeñas anécdotas que va contando. Se trata, pues, a mi modo de ver, de una mezcla de vivencias y ocurrencias ingeniosas, enriquecida con un rico vocabulario. Como lo son todas las obras literarias de calidad.
    Recuerda que la vida no es orden y regularidad. No existe la Providencia ni ninguna Filosofía Lógica que hilvane el desarrollo histórico de la realidad. Solo caos y aleatoriedad, como exponen algunas nuevas corrientes de la ciencias sociales. En este contexto, el personaje se va acercando a otras personas, que generalmente conoce a través de bares, para sacar lo que puede a cambio de humillaciones, a las que se va sobreponiendo.
   No obstante, entre tanta chilindrina amena y simpática, va dejando caer Felipe Benítez Reyes toda una fenomenología de la vida en expresiones que se mezclan con las vivencias del protagonista. Enriquecen y dan sentido a lo que podría parecer una historia vana e intrascendente; todo ello sin perder ni un ápice de sentido del humor.
    Por ello, en el siguiente escrito, he recogido una selección exhaustiva, para no aburrir, de algunas citas del libro de Benítez Reyes. Espero que ustedes sepan apreciar la agudeza y sencillez de esas expresiones.

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